miércoles, 27 de julio de 2011

ESCRIBIR DESNUDO

Escribir desnudo es un acto
intrascendente; pudiera pensar usted.
Escribir desnudo no es hacer el amor a una muchacha que no le gustan las palabras indecentes.
Es un acto carente de segundas
intenciones.
– algo insólito en estos tiempos.

Escribir cagando es más comprometedor y difícil.
Puedes hacer un haikai, por ejemplo.
Pero mientras te esfuerzas y las venas del cuello se demarcan es difícil atrapar ciertas palabras.

Vomitar y escribir es otra cosa.
Cuando vomitas puedes escribir un minicuento con palabras como desamparo o trasegar.
Vomitar o escupir son buenos momentos para la literatura.

De la bebida no le explico; en la ebriedad se puede hacer el reino de este mundo.
Orinar es muy suave, muy suave, casi amanerado.
Cuando orinas, por ejemplo, puedes hacer un poema de amor como Buesa o cuando más, como Carilda.
Hacer un poema de amor, que no es lo mismo que hacer el amor.
Cuando hago el amor no escribo.

Prefiero escribir desnudo.
Acostado en la cama, hacia el lado
derecho, o el izquierdo,
eso es intrascendente.
Con el pene colgando sobre un muslo.
Escribir desnudo no es imprescindible.
Ya le dije, no es como hacer el amor a una muchacha que tiene los senos semicaídos y pequeños, unos senos tristes y marchitos.
Es más bien un acto de fe, o cualquier cosa.

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